HOUSTON | 31 DE OCTUBRE DE 2013
La prevista subasta de un
permiso para cazar un rinoceronte negro —una especie en peligro— provocó las
críticas de defensores de la fauna, sin embargo, el organizador afirma que
podrían recaudarse más de un millón de dólares para la misma protección de esos
animales.
John J. Jackson III
pertenece al Club de Safari de Dallas, que anunció a principios de mes la
subasta del permiso, uno de los cinco que concede anualmente Namibia, país del
suroeste de Africa. La licencia también será la primera disponible para la
compra afuera de ese país. "Estas son técnicas avanzadas y modernas para
la conservación y administración de la fauna", dijo el miércoles Jackson,
abogado internacional especializado en vida silvestre con despacho en Metairie,
Luisiana. "No es algo que comprendan los legos, aunque deberían",
agregó. "Esta es la estrategia de administración más sofisticada que se
haya diseñado", afirmó. "La cacería a favor de la protección de
especies es la heroína entre la comunidad de cazadores", señalo.
Matar para "protegerlos"
Algunos grupos defensores
de los animales han criticado este concepto. "Es más que ridículo",
dijo el miércoles Wayne Pacelle, presidente de la Sociedad Humana de Estados
Unidos. "En momentos en que la comunidad global intenta proteger a los
elefantes y los rinocerontes de la cacería con armas de alto poder, esta acción
envía exactamente la señal equivocada. "Es absurdo. ¿Se pretende ayudar a
un animal en peligro de extinción matando precisamente a un ejemplar?",
agregó
Según cálculos, unos
4.000 rinocerontes negros viven en su hábitat natural, cifra reducida en
comparación con los 70.000 que existían en la década de 1960. De la cifra,
1.800 están en Namibia, según el club de safari.
Los cazadores furtivos se
han enfocado en todas las especies de rinocerontes, principalmente por sus
cuernos, que alcanzan un alto precio en el mercado negro internacional. Esos
cuernos contienen la proteína queratina, el componente básico de uñas y
pezuñas, y se le utiliza para hacer figuras talladas y usos medicinales, principalmente
en Asia. La casi extinción de esta especie también es atribuida a la reducción
de su hábitat.
Fuente: El
Nuevo Herald
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