Por: Yaiza Martinez
ESPAÑA | 22 DE NOVIEMBRE DE 2013
(*ARTÍCULO RESUMIDO)
Durante toda esta semana que termina y la semana anterior (del 11 al 22 de
noviembre), se ha estado desarrollando en Varsovia (Polonia) la XIX conferencia
del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático o COP19, una
nueva ronda de conversaciones de la ONU cuyo objetivo era forjar un nuevo
acuerdo mundial sobre el cambio climático; un tratado para la lucha contra esta
situación que entraría en vigor a partir de 2020.
El evento ha reunido a más de
9.000 representantes de unos 190 países, entre ellos un total de 134 ministros
de todo el mundo.
Aunque los científicos se
muestran reacios a relacionar directamente el cambio climático con fenómenos
meteorológicos extremos, no deja de parecer paradójico que la Cumbre se
iniciara marcada por la tragedia del tifón en Filipinas. A pesar de la urgencia
local y global por frenar el cambio climático, durante la primera semana se dieron
escasos avances en las negociaciones, según SINC; y el viernes, Japón, quinto
mayor emisor mundial de CO2, anunciaba que reducirá sólo un 3,8% sus emisiones
en 2020 con respecto a los niveles de 2005, un objetivo mucho menos ambicioso
que el 25% anunciado previamente por el Gobierno del país.
Segunda semana: cunde el escepticismo
Esta semana, en la que
debían producirse las negociaciones de alto nivel, el escepticismo se ha
adueñado de la Cumbre hasta tal punto que, el miércoles, el bloque de 133 países
en desarrollo se retiró de las conversaciones en protesta por la renuencia del
mundo rico a financiar los daños y pérdidas que está causando el calentamiento
global; y eso a pesar de que al inicio del evento se había presentado un
borrador para crear un mecanismo destinado a solventar los daños y pérdidas que
causan los desastres atribuibles al cambio climático.
Por otro lado, ayer, las
ONG ambientales que participaban en la COP19 (entre las que se encuentran
Amigos de la Tierra, Greenpeace, WWF, Oxfam o la Confederación Sindical
Internacional) abandonaban también la Conferencia, en este caso en señal de
protesta por la "falta de avances" y por la propensión de los
Gobiernos a abandonar su "responsabilidad climática", ha informado
Europa Press.
En este sentido, ha llamado la atención el documento interno de
la delegación de Estados Unidos en la conferencia climática al que ha tenido
acceso IPS Agencia de noticias. En él se muestra que la agenda de Washington
para la COP19 era minimizar la importancia de los daños y pérdidas del
calentamiento global, promover los intereses privados en el Fondo Verde para el
Clima (que apunta a financiar la protección ambiental y la adaptación al cambio
climático) y retrasar los plazos para reducir las emisiones.
Por tanto, pese a
las posiciones progresistas exhibidas por el presidente Barack Obama en materia
de calentamiento global, Estados Unidos continúa dificultando la adopción de un
acuerdo internacional, resistiéndose categóricamente al concepto de
responsabilidad histórica por las emisiones contaminantes y oponiéndose a los
países en desarrollo en los principales asuntos en juego, publica dicha
Agencia.
Presencia corporativa en la COP19
En la web de la COP19 se
publica que “doce compañías han decidido apoyar la organización de la
Conferencia del Cambio Climático COP19”; y la lista de empresas, entre las que
se encuentran ArcelorMittal, el gigante del acero que se ha beneficiado
enormemente de los mercados de carbono; Alstom, que planea construir la central
de carbón más grande de Polonia; PGE, el grupo energético de mayor envergadura
de dicho país o la petrolera LOTOS S.A, entre otras, ha denunciado Ecologistas
en Acción.
Según la web de esta organización “los responsables de la crisis
climática conquistan la convención”, en la que se ha aumentado “el poder
empresarial sobre las negociaciones climáticas”.
Por otro lado,
Negociadores del Sur en desarrollo presentes en la Conferencia rechazaron el
rol que se le ha dado en ésta al sector privado. De nuevo según IPS Agencia de
Noticias, éstos creen que están proliferando las propuestas de recurrir al
sector privado en busca de préstamos e inversiones para apoyar la adaptación al
cambio climático en lo que se ha llamado “COP Corporativa”.
Pascoe Sabido, del
Observatorio Corporativo Europeo, ha afirmado que las corporaciones que están
destacando en la COP19 también son las mayores emisoras de carbono y ha
criticado a la ONU por aceptar que la conferencia sea patrocinada por
importantes contaminadores, como el gigante siderúrgico ArcelorMittal y el
Grupo Polaco de Energía, argumentando que estas compañías estaban influenciando
las negociaciones.
Marcin Kolorec se ha
defendido diciendo que no había nada malo en invitar al sector privado a
participar en reuniones paralelas a la Conferencia; y agregó que a las
industrias se les ha dado la posibilidad de participar del mismo modo que a las
organizaciones no gubernamentales, y que esos diálogos son una característica
de las conversaciones desde que empezaron las COP. Con respecto a esta cuestión,
hay que dar cuenta de una segunda paradoja: en las mismas fechas de la COP19,
se ha celebrado también en Varsovia la Cumbre Mundial del Carbón, hecho contra
el que protestaron enérgicamente los ecologistas.
Dos extremos
En teoría, en la COP19
debería haberse trabajado sobre el acuerdo climático que habrá de refrendarse
en 2015 en París. Sin embargo, parece que queda poco lugar para la esperanza. La
actitud de los gobernantes en la COP19 parece temeraria a la luz de los datos
más recientes sobre los efectos del cambio climático en la Tierra:
El último
Boletín Anual de la Organización Meteorológica Mundial muestra que el efecto
del calentamiento global en el clima aumentó un 32% entre 1990 y 2012; y el
Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha
advertido hace sólo unas semanas que, de continuar como hasta ahora la presión
antropogénica sobre el sistema climático, el nivel del mar habrá aumentado 82
centímetros y las temperaturas podrían subir entre 0,3 y 4,8ºC para 2100.
Entretanto, surgen
pequeñas iniciativas de las personas que más sufren los efectos del cambio
climático, como las mujeres africanas, especialmente vulnerables a esta
situación. Así, en la Cumbre han podido verse unas bicicletas de bambú ideadas
por mujeres de Ghana para hacer frente al cambio climático, la pobreza, la
migración del entorno rural al urbano y el desempleo juvenil en ese país; y se
ha presentado el programa para mujeres agrícolas del municipio de San Andrés
Itzapa, en Guatemala, que lleva 14 años promoviendo la plantación de árboles
para capturar CO2, explica Eva Rodríguez en SINC.
Estos proyectos de
creatividad se sitúan en el extremo opuesto de la ambición que no tiene en
cuenta a la Tierra, y que podría abocarnos a una catástrofe.
¿Cuándo se equilibrará la
balanza? ¿Quedará tiempo?
Artículo Completo: Tendencias21
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