Por: Jorge Pérez Arellano
DURANGO | 13 DE NOVIEMBRE DE 2013
El anuncio que con bombo
y platillo hicieron los regidores hace cinco días donde suspendían las corridas
de toros en Durango, se vino abajo ayer con la postura del Congreso del Estado:
La Ley de Protección y Bienestar Animal no contempla corridas de toros,
novillos, becerros, jaripeos, charreadas, carreras de caballos y peleas de
gallos.
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En este mismo espacio adelantaba que
difícilmente se prohibirían las corridas de toros en Durango. ¿Por qué? porque
simplemente hay muchos intereses de por medio, económicos por supuesto, y no
hace falta ser experto en el tema para saber que el dinero que se mueve en
dichas actividades resulta más atractiva para la autoridad. Así de simple.
Sí,
el Municipio aseguró que suspenderían los permisos para realizar las corridas
de toros en Durango mientras se eliminaban esos vacíos legales, pero eso no
representa problemas para los empresarios taurinos. La "fiesta brava"
del pasado viernes tampoco contaba con un permiso y se realizó. ¿Cuál problema?
Luego, el mismo alcalde Esteban Villegas tuvo que salir a declarar a los medios
de comunicación que las corridas no estaba prohíbidas como se dio a entender por
parte del Cabildo, y que tendría que ser el Congreso quien definiera esa
situación. Incluso ya se sugiere realizar consultas para tomar decisiones, y
todo sabemos qué pasa cuando se somete a la "opinión ciudadana".
Ahora
pregunto: ¿qué les van a decir a esos grupos de antitaurinos a los que les
hicieron creer que ya no habría más corridas?, ¿qué les dirán a los empresarios
a los que primero satanizaron y al final acabarán pidiéndoles disculpas? ¿Con
qué cara saldrán ahora regidores a decirle a la opinión pública que sus buenas
intenciones no duraron más de una semana?
Lo dije el viernes y lo repito ahora:
dudo que se vayan a terminar las corridas de toros en Durango, y si no... al
tiempo. ¿Usted qué opina? Twitter: @jperezarellano
Fuente: El
Siglo de Durango
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