Por:
Miguel del Pino Luengo
Biólogo y catedrático de
Ciencias Naturales
ESPAÑA | 15 DE DICIEMBRE DE
2013
La proximidad de las
fiestas navideñas nos pone sobre aviso acerca del aumento de venta de animales
domésticos destinados a convertirse en regalo. Unos presentes que se destinan,
en ocasiones a niños carentes de experiencia en su mantenimiento y aún no
suficientemente responsables. No son juguetes, y este año también WWF, antes Adena, nos lo recuerda a través de una
campaña que trata de llamar la atención sobre la venta de mascotas, no siempre
adecuadas, a través del canal Internet.
■ No a la compra compulsiva
La adquisición de un
animal de compañía no debe ser nunca una decisión precipitada y sin el previo
consenso de todos los miembros de la familia con la que vaya a convivir. La
compra compulsiva, generalmente producto de un encuentro repentino con los
encantos de un cachorro, es el primer paso en el camino que conduce al drama de
un animal abandonado.
La normativa que prohíbe
la exhibición de animales en los escaparates de las tiendas especializadas ha
sido una medida eficaz y llena de lógica, y hay que agradecer a la mayor parte
de los comerciantes el escrúpulo con que la cumplen. Ellos son los primeros
perjudicados si tras el impacto inicial de la venta se suceden las
reclamaciones o los intentos de devolución del animal. Los beneficios
comerciales son mucho más sanos cuando se consiguen, no por la venta de una
mascota, sino por la de sus productos de manutención y mantenimiento, así como
por los servicios complementarios integrados en el negocio.
Si un solo miembro de la
familia no está de acuerdo con la llegada a casa del animal en cuestión,
seguramente la historia terminará de manera desagradable. Tampoco hay que dejar
que sean los niños quienes tomen el mando en la decisión creyendo que van a
tener un nuevo juguete. Es necesario que sean conscientes de la responsabilidad
que adquieren, que sepan las necesidades del animal y que deben hacerse cargo
al menos de una pequeña parte de sus cuidados; también deben ser informados de
la duración de su vida, con el fin de que en el futuro estén preparados para
asumir la pérdida de su amigo.
■ Reflexión y consejo
Antes de adoptar o
comprar un animal es necesario adquirir un mínimo de conocimientos sobre sus
cuidados y necesidades. No basta con leer cualquier folleto o buscar
información en la red. Es muy interesante contrastar la opinión de personas que
tengan animales de compañía similares, y hasta tomar contacto con dichas
mascotas para comprobar que ningún miembro de la familia experimenta alergia a
su contacto o en su convivencia. Puede pensarse que estamos exagerando, pero
realmente estamos tomando garantías de que un error en nuestra elección no
terminará incrementando la triste relación de los animales abandonados.
No sería excesivo visitar
la consulta de un veterinario especializado en animales de compañía para que
nos aconseje sobre la idoneidad de nuestro proyecto; a veces nos quitará la
idea primitiva para orientarnos hacia otro tipo de animales más adecuados a
nuestras circunstancias. Se dan casos de que quien quería un dogo alemán sale
de la consulta reorientado hacia un periquito o un acuario, o viceversa.
■ ¿Disponemos de tiempo suficiente?
La mayor parte de los
aspirantes a propietario de un animal doméstico suele dar mucha importancia al
espacio de que dispone: una terraza, un jardín, un patio, un piso de grandes
dimensiones… todo ello es muy importante, pero no lo es menos calcular el
tiempo de que dispondremos para atender al animal. Si es un perro hay que jugar
con él, sacarlo tres veces al día a pasear y compartir largos ratos de grata
compañía. En este sentido los médicos suelen recordarnos que al sacar a nuestro
perro al parque o al dar juntos un largo paseo, el beneficio es mutuo,
especialmente para la forma física y el corazón del amo, que se ve obligado a
abandonar el grato sedentarismo del sillón y las zapatillas cuando el
implorante perro le lanza con la mirada y el ladrido la indirecta de que ha
llegado la hora de salir a la calle.
Otras mascotas requieren
mucho menos tiempo y/o espacio. Al final hasta una pecera puede aportar el
toque vivo que muchas veces queremos introducir en nuestro hogar, generalmente
rodeado en la ciudad por el cemento y el asfalto.
■ Si superamos las pruebas…
Hasta aquí estamos
actuando como "abogados del diablo", pero en muchos casos la familia
supera los tests que estamos tratando de resumir y se muestra apta para convivir
con animales de compañía: en este caso no cabe duda de que la esperan múltiples
satisfacciones y de que un animal puede alegrar la vida y hacer superar
problemas y carencias afectivas. Tampoco hay que desdeñar el carácter de
"educador ambiental" que puede ejercer un animal, si es el adecuado,
para la formación integral de un niño. No tratamos de obstaculizar la adopción
de una mascota, sino de orientar a los principiantes para evitarles dolorosos
problemas.
■¿Compra o adopción?
Las protectoras españolas
suelen tener sus instalaciones abarrotadas, de manera que cuando adoptamos un
animal no sólo salvamos su vida, sino que también abrimos un hueco para que la
entidad dé cobijo a otro necesitado de protección. Una práctica ventaja de
adoptar es la orientación y cuidados previos que recibiremos por parte de la
protectora, entre los que suelen incluirse las primeras vacunas y
desparasitaciones. La mayor parte de estas asociaciones suelen entregar los
animales esterilizados. Valore esta cuestión e infórmese sobre el particular.
La necesidad de fomentar
las adopciones no debe hacernos caer en el ataque sistemático a los criadores
de animales de raza. Criaderos legales existen en todos los países civilizados,
y merecen respeto siempre que cumplan las leyes y nos ofrezcan factura y
suficiente garantía al requerir sus servicios. Si el animal está sometido a
registro genealógico debemos solicitar el pedigrí en el mismo momento de la
compra.
■ Será el origen de una buena amistad
Como en la legendaria
película Casablanca, estaremos iniciando una fiel amistad que debe
durar toda la vida y será muy grata siempre que hayamos seguido las elementales
normas que tratamos de recordar y ¡atención!, nada de mascotas insólitas. WWF
nos recuerda que aún pueden verse en Internet anuncios sobre crías de mapache o
cotorras argentinas.
Volvamos al inicio: ¡no son juguetes!
Fuente: Libertad
Digital
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