BARCELONA | 7 DE DICIEMBRE DE 2013
El
gobierno catalán ha dado carpetazo a la solicitud de la empresa británica
Oxitec para que se le autorizara un ensayo de campo para liberar moscas del
olivo transgénicas. El plan era usar las moscas modificadas genéticamente
contra la plaga de las moscas del olivo en Tarragona. Pero tras las garantías
exigidas y los múltiples obstáculos puestos por las administraciones españolas,
la empresa británica ha decidido retirar a solicitud.
La
petición de Oxitec (entregada en enero) fue tramitada ante el Departament
d'Agricultura de la Generalitat, que debía evaluar los riesgos de este
experimento contando con un dictamen previo de la Comisión Nacional de
Bioseguridad. Fuentes de este organismo del Ministerio de Agricultura indicaron
hace dos semanas que habían solicitado informaciones adicionales a la empresa y
que no descartaban volver a pedirlas de nuevo si lo consideraban conveniente.
Una larga tramitación ha retrasado la respuesta mucho más de lo previsto.
Finalmente,
esta semana la empresa ha comunicado que retira la solicitud, lo que se
relaciona directamente con las objeciones puestas al proyecto. Estas se
referían a la documentación aportada, y también tienen que ver con el hecho de
que los gobiernos sólo disponen desde mayo de las guías europeas para evaluar
los riesgos y hacer el seguimiento de los animales transgénicos liberados.
Oxitec
promovía el primer ensayo de liberación de animales transgénicos en Europa con
el fin de acabar con la plaga del olivo. La estrategia consistía en el diseño
de las moscas macho que contienen una información genética programada para que
cuando se apareen con las moscas hembra, toda la descendencia de moscas hembra
muera en la fase de larva. La clave está en que, al morir antes de ser adultas
y no poder ser fecundadas, se disminuiría la población de insectos hasta vencer
la plaga, según el plan trazado. "Hay que tener en cuenta que las moscas
hembra del olivo son las que causan los daños y la pérdida de cultivos",
explicó la empresa al dar a conocer su plan.
El
experimento tendría una duración de tres meses, y con este fin se iba a usar un
campo de 48 olivos (que se cubrirían con mallas) en un área de 1.500
m<MD+>2 en una finca de la provincia de Tarragona, donde se liberarían
las moscas macho transgénicas desarrolladas. Oxitec destacó las bondades de su
solución indicando que esta fórmula reduce el uso de insecticidas (método poco
selectivo para combatir los insectos). Inicialmente, la Generalitat juzgó que
esta autorización no era competencia suya, sino del Ministerio de Agricultura
(pues sus funciones sobre bioseguridad sólo estaban claras en el caso de
variedades de cultivos transgénicos).
La
mosca del olivo es una plaga en el sur de Tarragona. El insecto pica la oliva
para depositar sus huevos. La picadura deteriora el fruto, que se echa a perder
con el crecimiento de la larva alojada. El problema es que no hay métodos
eficientes contra la plaga. Lo más socorrido son los insecticidas arrojados
desde avionetas, pero deben evitarse con el nuevo reglamento comunitario para
estos tratamientos.
El
plan topó con el rechazo de los ecologistas, temerosos de los impactos de una
posible liberación de las moscas en el medio ambiente. "Creemos que se
debería aplicar un principio de precaución y que las dos administraciones deben
rechazar la solicitud", declaró Blanca Ruibal, experta de agricultura de
Amigos de la Tierra. "Predecir los impactos que tendría una mosca en cuyo
ADN se han insertado genes de otros organismos es ir demasiado lejos", dice
Ruibal. Laia Vinyals, investigadora de la revista Seguridad Alimentaria, indicó
que la presencia de moscas transgénicas genera muchas incógnitas sobre su
interacción en el medio ambiente.
Fuente: Diario
Vanguardia
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