Los
casos son varios.
A una camada de cachorros recién nacidos los envolvieron en
una frazada y les prendieron fuego. A un perro vagabundo lo atacaron y le
destrozaron el hocico casi hasta los ojos. A varios gatos los encontraron en el
fondo de un complejo de apartamentos con el espinazo roto. Todo es parte de un
catálogo de crueldad en meses recientes que casi no se ha notado en Rumania.
En
este abrumado país de la Unión Europea ha habido varios casos de ataques
brutales contra los animales después que uno de las decenas de miles de perros
callejeros mató de dentelladas a un niño de 4 años. La policía y los
funcionarios de protección de los animales dicen que los ataques fueron
alimentados por la incesante e "histérica" cobertura mediática sobre
el caso.
El
grupo de bienestar de los animales Las Cuatro Patas registró 15 casos de
personas que atacaron salvajemente a animales en las seis semanas después de la
muerte del niño, en comparación con seis casos similares en los nueve meses
anteriores.
Pero
la crueldad contra los animales es desde hace mucho un problema en Rumania,
donde las leyes de protección son débiles, la población todavía enfrenta el
trauma de un régimen comunista brutal y la furia se acumula por la miseria económica
y la incompetencia de gobierno. "El aumento de la tensión social lleva a
la agresión contra los animales, particularmente porque las personas no temen a
la ley" dijo el sicólogo Florin Tudose. "Cuando un perro mata a un
niño, la gente piensa que se debe castigar a los animales".
Vladimir
Manastireanu, jefe de la entidad estatal a cargo del bienestar de los animales,
apoya una nueva ley que exige que los perros callejeros sean capturados (y si
no los adoptan en un período de dos semanas) los sacrifiquen. "Tenemos que
sacar a estos perros de las calles y poner fin a estas reacciones
emocionales", declaró a The Associated Press.
A lo
largo de Europa Oriental, donde las tradiciones rurales son fuertes, hay poca
conciencia de los derechos de los animales. Incluso después que Rumania y
Bulgaria se integraron a la Unión Europea en 2007 (comprometidas a tratar
humanamente a los animales, como indican las normas de la UE) los granjeros
todavía le cortan el cuello a los cerdos sin anestesia, según las tradiciones
de antes de la Navidad, dicen grupos de defensa de los animales. "Ellos
creen que no se puede anestesiar a un cerdo", dijo Tudose. "Hay que
cortarle el cuello".
A
pesar de esas actitudes profundamente arraigadas, la crueldad contra los
animales no es general, especialmente en las capitales de los Balcanes. En
Belgrado, Bucarest y Sofía, la gente consiente a sus perros y gatos. Muchas
personas en estas ciudades ofrecen albergue y cuidan a los perros abandonados.
"No
todos son malos", dijo Kuki Barbuceanu, gerente de proyectos de Cuatro
Patas. "El problema son los medios de comunicación y su influencia, que es
manipuladora, y los que odian a los animales se ven alentados a ser
crueles".
Fuente: El
Informador
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