BOTSWANA | 4 DE DICIEMBRE DE 2013
Los principales países
que comercian con marfil, entre ellos China y Tailandia, se comprometieron en
la cumbre sobre protección de elefantes que se realiza en Botsuana, a penalizar
el tráfico de animales salvajes y coordinar sus acciones.
Los representantes de los
países afectados por la caza furtiva (en particular Gabón, Níger, Zambia y
Kenia), así como aquellos en los que se trafica el marfil (Kenia, Malasia,
Filipinas y Vietnam, entre otros), y los principales consumidores
(principalmente China y Tailandia), acordaron un paquete de catorce
"medidas de urgencia" para poner fin a la masacre de elefantes en
África, señaló en un comunicado la Unión Internacional para la Conservación de
la Naturaleza (UICN), coorganizadora de la Conferencia en Gaborone.
Los países firmantes del
acuerdo abogan por la "tolerancia cero" y considerarán como un
"delito grave" el tráfico de especies salvajes, lo que permitirá
"desbloquear de manera eficaz la cooperación internacional, lo que incluye
la asistencia jurídica mutua, las confiscaciones, la extradición, y otros
instrumentos para controlar a los delincuentes que atentan contra la
fauna", reza parte del texto. Por su parte, los países destinatarios del
marfil prevén "estrategias precisas para influenciar sobre el
comportamiento de los consumidores".
El elefante africano está
amenazado por un fuerte aumento de su caza furtiva en los últimos años, a causa
de la gran demanda de marfil desde Asia, sobre todo. El tráfico de marfil financia,
además, a grupos terroristas en Uganda, Somalia y Sudán.
Actualmente quedan en
África medio millón de elefantes, contra aproximadamente 1,2 millones que había
en 1980. Y según los especialistas, la situación se agravaría en la próxima
década si no se adoptan medidas urgentes. "Nuestra ventana de
oportunidades para luchar contra el comercio ilegal del marfil se cierra y, si
nos lleva la marea las generaciones futuras nos condenarán por nuestra falta de
voluntad para actuar", advirtió el anfitrión de esta cumbre, el presidente
botsuano, Ian Khama, en cuyo país quedan aún unos 200.000 elefantes, por el
momento al margen de esta masacre. "Ha llegado el momento para que África
y Asia unan sus fuerzas para proteger esta especie universalmente apreciada e
indispensable", agregó.
Seis países firmaron el
texto este martes en Gaborone, mientras que los otros 24 presentes lo harán
formalmente más tarde, precisó Simon Stuart, presidente de la Comisión de
protección de las especies de la UICN.
Fuente: La
Tercera
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