VERACRUZ | 18 DE DICIEMBRE DE 2013
Para
nosotros, los seres humanos, los fuegos pirotécnicos pueden ser sinónimo de
festejo, pero para las mascotas son lo equivalente a un masivo bombardeo. Los
efectos no solo son a nivel psicológico sino también físico. Desde lesiones en
el oído hasta infartos pueden sufrir las mascotas durante las celebraciones
navideñas.
El
veterinario Héctor Maldonado señala que este estado se da a causa de la gran
sensibilidad auditiva que poseen estos animales, muy superior a la del oído
humano. "Las explosiones provocan una situación de inseguridad a los
animales porque lo relacionan al ruido de una tormenta". El promedio del
espectro auditivo del ser humano es de 20-20.000 Hz (Unidad de frecuencia de
vibraciones), mientras que el de los perros es de aproximadamente 20-65.000 Hz.
Esta es la razón por las que muchos caninos, y también gatos, se sienten
molestos por el ruido de una aspiradora, por ejemplo, porque emite un
desagradable sonido de alta frecuencia que las personas no podemos oír.
"Se
estresan sumamente en los días festivos y algunos mueren a consecuencia de la
angustia. Tiene repercusiones cardiovasculares. Ellos verdaderamente son
sometidos a un sufrimiento con el ruido provocado por los fuegos
pirotécnicos", explica, por su parte, Elí Ríos, médico ambientalista de la
Dirección Regional de Salud.
Ataques cardiacos, náuseas y vómitos,
desorientación y falta de apetito pueden generarse a consecuencia de este
"bombardeo". "No es recomendable en ninguno de los casos atar al
animal porque en la desesperación puede lastimarse", destacó Ríos.
Martha
Ramírez, médico veterinaria, aporta que la mascota que se queda con los dueños
debe dejarse tranquila, "no debe sobrecargarlo ya que terminará aumentando
su nerviosismo. Ellos interpretan que la sobreprotección se da solo si hay
peligro".
Indica que si se tiene una mascota que suele ponerse nerviosa de
manera incontrolable, lo recomendable es darle una dosis de sedantes. Pero
siempre bajo control veterinario, ya que estos medicamentos deben darse en una
dosis que depende de las características de cada animal.
Los
dueños de mascotas también comparten sus sugerencias, uno de ellos es Juan
Crespo, quien opta por refugiar a las mascotas de su familia en uno de los
cuartos, encender el aire acondicionado y la televisión para "distraer su
atención y hasta ahora ha dado buenos resultados".
Fuente: e-consulta
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