Por: Homero Farioli
Perito Judicial en Medio Ambiente (Superior
Tribunal de Justicia de Córdoba)
ARGENTINA • 26 DE MAYO DE 2007
(ESPECIAL) Únicos
mamíferos alados capaces de habitar casi todos los confines y rincones del
planeta, fuente de inspiración de historias fantásticas como la del perverso
Conde Drácula o las aventuras del bueno de Batman, los murciélagos no han
pasado inadvertidos a lo largo de la historia. En especial por su mala fama de
vampiros, por el aspecto desagradable ante los ojos humanos y por la ausencia
del conocimiento popular sobre su verdadera biología.
Son más de mil las
especies de murciélagos que habitan la Tierra, pero sólo tres se alimentan de
sangre, y apenas una de ellas lo hace de mamíferos. El resto de las especies
son animales de una extraordinaria importancia ecológica, ya que predan
insectos nocturnos (como polillas y mosquitos), polinizan flores y diseminan
semillas en diferentes ambientes naturales, desde las selvas lluviosas hasta
los desiertos. Algunos son tan esenciales, que sin ellos muchas especies de
animales y plantas desaparecerían, incluyendo sistemas completos de vida, como
las selvas tropicales.
En Argentina habitan
aproximadamente 60 especies de murciélagos y sólo una, es decir el vampiro
común, se alimenta de sangre de mamíferos tanto domésticos como silvestres,
ocasionándoles a éstos de manera frecuente, el mal de las caderas o
anemia. Sin embargo, este hecho muy puntual no nos habilita a perseguir
indiscriminadamente al resto de las especies, que nada tienen que ver con el
problemático vampiro mordedor, matando a cuanto murciélago se cruce.
Pero a pesar de los
enormes beneficios que reportan, en todo el mundo se los persigue como si
fuesen plagas. A eso se le suma la destrucción de sus hogares o el envenenamiento
con agroquímicos. En el mundo ya son 14 las especies que se extinguieron y
muchas otras corren serios riesgos. En Córdoba habitan aproximadamente 13
especies, muchas de ellos consideradas grandes consumidores de insectos. Cuatro
serían escasas o raras, por lo que el Estado debería implementar acciones
concretas para protegerlos. Vale recordar que todos los murciélagos son especies
protegidas por diferentes normas.
Insecticidas
El servicio ambiental más
importante de los murciélagos consiste en ser los predadores de insectos
nocturnos mas importantes que existen sobre la tierra. El naturalista Claudio
Bertonatti, en su obra Murciélagos SOS, nos dice: "El 70 por ciento de las
especies come invertebrados. Hay algunas capaces de devorar mas de 500 insectos
en una hora y otras, más de tres mil en una noche". Por su parte, el
murciélago moloso común prefiere polillas, moscas, avispas o escarabajos. Otras
especies tienen predilección por hormigas, grillos, escorpiones y cucarachas. Hay
ciertas especies que comen ranas, lagartijas, roedores, aves e incluso otros
murciélagos. En Latinoamérica, el mas grande de ese grupo es el Falso Vampiro,
cuya envergadura alar es de un metro. Otros se han especializado en la
pesca. Los murciélagos de la selva prefieren comer frutos y néctar.
Jardineros de la selva
Otro servicio ambiental
deriva de que son los principales dispersores de semillas en todas las selvas
húmedas desde México hasta Argentina. Dispersan entre dos y cinco semillas por
metro cuadrado por noche. Se alimentan de frutos: tragan la semilla y defecan
en vuelo facilitando el esparcido amplio de éstas. En lugares donde estos mamíferos
han sido eliminados, la selva desaparece con el tiempo. La polinización es otro
servicio. Un estudio reciente del Bat Conservation International revela que más
de 300 especies de plantas –sólo en los trópicos del viejo mundo– necesitan de
los murciélagos para la polinización y dispersión de las semillas. Mas de
450 productos comerciales provienen de esas plantas y algunos de esos cultivos
están valuados en cientos de millones de dólares al año, siendo cruciales para
las economías de los países en desarrollo.
Reivindicación
La Secretaría de Ciencia
y Tecnología informó en 2004 que en la saliva del vampiro común se descubrió
una enzima anticoagulante que utiliza para beber cómodamente la sangre de sus
víctimas sin que coagule. Esta enzima podría utilizarse para la cura de
los accidentes cerebro vasculares, al disolver los coágulos de sangre alojados
en el cerebro y que tanto daño provocan al obstruir el paso del torrente
sanguíneo.
Fuente: Diario
La Voz
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