Por: Stephen Leahy
TORONTO • 21 DE FEBRERO DE 2007
Las granjas industriales
son responsables del estallido del actual brote de gripe aviar, y no los
pequeños corrales instalados en viviendas particulares, según el ambientalista
Instituto Worldwatch. Sesenta por ciento de la producción animal, incluidas
las explotaciones concentradas de cebado de animales (granjas de animales que
no cultivan su forraje, conocidas como CAFO, por sus siglas en inglés), se
registra en el mundo en desarrollo.
La desregulación y los
subsidios que impulsan esos CAFO o granjas industriales acercan esos
establecimientos a áreas urbanas de Bangladesh, China, India y muchos países de
África, según el informe "Signos vitales 2007-2008", publicado por el
Instituto Worldwatch el 19 de este mes.
Aunque no hay una prueba
científica concluyente al respecto, esas granjas industriales son muy
probablemente el lugar donde el virus de la gripe aviar logró mutó hacia una
cepa que enferma a los seres humanos y serán responsables de próximas
epidemias, dijo la investigadora Danielle Nierenberg, autora del informe.
Cuarenta y dos de los 45
brotes de gripe aviar que estallaron en Laos en la primavera boreal de 2004 se
registraron en granjas industriales, y 38 de ellos fueron en la capital,
Vientiane. En Nigeria, los primeros casos se detectaron también en una
granja industrial que poseía 46.000 aves. Se propagaron a otros 30
establecimientos y luego a corrales domésticos vecinos, lo que obligó a
avicultores pobres a sacrificar sus pollos, destacó Nierenberg. "El crecimiento de
las granjas industriales en el mundo en desarrollo es alentado por el aumento
de la población de las ciudades, donde hay más dinero para comprar carne",
dijo la experta entrevistada por IPS. Nierenberg atribuyó a ese fenómeno
la cuadruplicación de los corrales mundiales desde los años 60, hasta alcanzar
18.000 millones de aves. La mayor parte de la
avicultura correspondía antes a establecimientos modestos o viviendas
particulares. Hoy, la mayoría de las aves de corral esperan el degüello en
lugares donde conviven con varios miles.
Aglomerar 100.000 pollos
en una única instalación para producir carne barata crea la atmósfera perfecta
para la propagación de enfermedades. Por esa razón, la crianza intensiva
de animales en Europa y América del Norte incluye la administración de grandes
volúmenes de antibióticos a pollos y cerdos y al ganado vacuno. El uso generalizado de
antibióticos derivó en el surgimiento de bacterias resistentes a esos
medicamentos, lo que supone un riesgo adicional para la salud humana. El
virus de la gripe aviar ha estado presente durante cientos de años en aves
silvestres y de corral, y era inofensivo para los seres humanos hasta
2003. Ese año, la cepa H5N1
del virus logró contagiar a hombres y mujeres en contacto directo con las aves
y sus excrementos, y hasta ahora murieron 167, según la Organización Mundial de
la Salud (OMS).
El mes pasado, se
registró en Gran Bretaña el primer brote del virus H5N1 en una granja
industrial con 160.000 pavos y una procesadora de carne. Funcionarios del
gobierno británico explicaron el contagio por la importación de carne desde
granjas industriales de Hungría. Las autoridades
sanitarias de Rusia confirmaron el lunes un brote del virus H5N1 en cinco
regiones diferentes alrededor de Moscú, que fue atribuido al sobrevuelo de aves
silvestres, a pesar de que en esta estación no hay movimientos
migratorios. La agencia de noticias rusa Novosti aseguró que científicos
rastrearon la cepa del virus y localizaron su origen en un mercado de mascotas
de la capital.
La Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la OMS también
han atribuido la mutación del virus de la gripe aviar a la migración de aves y
a los corrales domésticos. Como consecuencia de estas declaraciones, al
menos 15 países prohibieron la crianza de aves en viviendas particulares y en
pequeños corrales comerciales. Eso fue más dañino que beneficioso, según Nierenberg.
"Muchos de los 800
millones de granjeros urbanos del mundo, dedicados a cultivar y a criar
animales para alimentación, transporte y obtención de ingresos en general en
los patios traseros y en los techos de las casas, han sido injustamente tomados
como blancos", anotó la experta. Cada vez hay más evidencia de que
existen otros vectores de la enfermedad. Este invierno no se detectó ningún
pájaro silvestre con el virus en Europa o África, aunque hubo brotes en
Nigeria, Egipto y Europa, que han sido atribuidos por expertos al tráfico
ilegal e inadecuado de aves.
"Nuestra
investigación muestra que el comercio global de aves de corral y los pájaros
migratorios están involucrados en la propagación del H5N1", dijo Peter
Daszak, director ejecutivo del Consorcio para la Medicina de la Conservación en
Nueva York y estudioso de la enfermedad. La combinación de corrales
inmensos y superpobladoss, el comercio internacional de sus animales y la
migración de aves silvestres constituye la receta perfecta para propagar la
enfermedad en todo el mundo, señaló Daszak en una entrevista.
Sin embargo, hay
"un poco de juego de culpas" entre quienes responsabilizan del
surgimiento del virus H5N1 a las granjas industriales y los que acusan a las
aves migratorias. "Las nuevas enfermedades son uno de los costos del
desarrollo y el crecimiento", opinó. Daszak y sus colegas
evaluaron el aumento de la incidencia de dolencias humanas o animales como la
fiebre de Ébola, la encefalopatía espongiforme bovina (mal de las vacas locas),
la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (enfermedad neurodegenerativa sufrida por
humanos que ingieren carne de reses afectadas por la anterior), el sida y la
gripe aviar. El equipo de Daszak creen que ese aumento es consecuencia de
cambios ambientales, casi siempre ocasionados por la acción humana. Como
los seres humanos comparten muchos agentes patógenos con animales, el impacto
de sus acciones en las enfermedades animales constituyen una amenaza a la salud
pública, agregó.
"El sector avícola
es el más globalizado de la agricultura. Hay un movimiento increíble de pollos
y otros productos", dijo la semana pasada al International Herald Tribune
Samuel Jutzi, director de Producción Animal y Salud en la Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). "Antes,
muchos de nosotros subestimábamos el rol del comercio" en el surgimiento o
propagación de las enfermedades humanas, agregó. El virus H5N1 de la
gripe aviar habitualmente no se desarrolla en aves silvestres o criadas en
corrales domésticos, porque sus poblaciones están demasiado dispersas y son muy
variadas, explicó Cathy Holtslander, de la no gubernamental Coalición Más Allá
de las Granjas Industriales, de Canadá.
Concentrar enormes
cantidades de animales en espacios pequeños, alimentarlos con la comida más
barata posible, centralizar y acelerar el procesamiento y distribuir el
producto en todo el planeta del mundo contribuye a la expansión de la influenza
aviar, dijo Holtslander a IPS. "Los pobres del mundo probablemente
necesitarán más carne, pero nosotros, en América del Norte y Europa, deberíamos
comer mucho menos", afirmó Nierenberg. Y sería mejor y más saludable
obtener carne en sistemas de pequeña escala y producción localizada. Las granjas
industriales proporcionan carne barata porque no consideran los costos reales
en términos de contaminación del aire y del agua y la aparición de enfermedades
terribles en trabajadores y animales.
"La infraestructura
de Estados Unidos apenas puede manejar los problemas causados por las granjas
industriales", dijo Nierenberg. "No sé cómo pueden abordar esto en el
mundo en desarrollo." (FIN/2007)
Fuente: IPS Noticias
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