TOKIO | 10 DE MARZO DE 2014
Al compás de tambores y
con carteles que proclamaban "Adiós nucleares", miles de
personas se concentraron ayer domingo en un parque de Tokio y se dirigieron al
parlamento para exigir el fin de la energía atómica cuando se acerca el tercer
aniversario del desastre de Fukushima.
Los participantes en la
manifestación, una de varias planeadas en diversas ciudades japonesas, dijeron
que nunca olvidarán el desastre nuclear del 11 de marzo de 2011, el peor desde
Chernobyl. Prometieron además bloquear la decisión del gobierno del primer
ministro Shinzo Abe de reactivas varios de los 48 reactores apagados y renegar
del compromiso del gobierno anterior de reducir la dependencia del país de la
energía nuclear. Las importaciones de crudo se han disparado desde el desastre,
perjudicando la economía.
Katsutoshi Sato, un
trabajador ferroviario jubilado que participó en la protesta, empuñaba una caña
de pescar con la foto de un pez colgada del anzuelo, para resaltar los temores
sobre la contaminación radiactiva de los ríos. "Las protestas
aumentan", dijo, destacando que participaba en la tercera manifestación
antinuclear. "Viene todo tipo de gente, inclusive familias con
niños". Protestas como las de ayer domingo han surgido en todo el país en
los últimos tres años, mientras los japoneses comienzan a poner en duda las
garantías del gobierno de que la energía nuclear es segura. El movimiento ha
atraído además personalidades como Ryuichi Sakamoto, que compartió el
premio Oscar por "El último emperador" y el ganador del Premio Nobel Kenzaburo
Oe.
La planta nuclear de
Fukushima Dai-ichi, que explotó y sufrió tres fusiones nucleares, sigue
contaminando con radiación el aire y el mar. Su desactivación seguramente
llevará décadas. Robert Geller, un sismólogo de la Universidad de Tokio, dijo
que es preocupante que luego de tres años no existe una plena explicación de lo
ocurrido en Fukushima y cómo evitar una repetición.
El Gobierno japonés anunció que acelerará la construcción de depósitos para almacenar residuos nucleares tras resolver sus desacuerdos con las autoridades de la región de Fukushima sobre la ubicación de estas instalaciones. Así lo anunciaron fuentes del Ejecutivo nipón tras la visita ayer a Fukushima del primer ministro japonés, Shinzo Abe, con motivo del tercer aniversario del terremoto y del tsunami de 2011, según recogió ayer la agencia Kyodo.
El Gobierno japonés anunció que acelerará la construcción de depósitos para almacenar residuos nucleares tras resolver sus desacuerdos con las autoridades de la región de Fukushima sobre la ubicación de estas instalaciones. Así lo anunciaron fuentes del Ejecutivo nipón tras la visita ayer a Fukushima del primer ministro japonés, Shinzo Abe, con motivo del tercer aniversario del terremoto y del tsunami de 2011, según recogió ayer la agencia Kyodo.
Aunque estaba previsto que estos
depósitos podrían albergar residuos de la central de Fukushima a comienzos de
2015, la construcción de las instalaciones estaba obstaculizada por la falta de
acuerdo entre Tokio y el Gobierno regional sobre el lugar exacto donde se
situarán.
El Ejecutivo central ha decidido aceptar finalmente la petición del Gobierno de Fukushima para excluir una de las tres ciudades de los planes para construir los depósitos.
El Ejecutivo central ha decidido aceptar finalmente la petición del Gobierno de Fukushima para excluir una de las tres ciudades de los planes para construir los depósitos.
Iwate: una región olvidada
A primera vista todo ha
vuelto a la normalidad en la región costera de Iwate tres años después del
tsunami, salvo para las 34,000 personas que aún viven desplazadas de sus
hogares debido a la catástrofe que asoló esta zona olvidada del norte de Japón
y que aceleró su despoblación.
Como huella visible de la
tragedia, de la que el martes se cumple el tercer aniversario, apenas quedan
varios edificios en ruinas y el "Pino Milagroso", convertido en
símbolo de resistencia al ser el único árbol que quedó en pie de entre los
70,000 que poblaban la costa de Rikuzentakata. Los trabajos de desescombro y
reconstrucción se han completado al 90 %, mientras que las obras para reforzar
la protección de la costa ante nuevos tsunamis y la reubicación de la población
afectada van con más lentitud debido a su complejidad técnica. Iwate, cuya
economía se basa en la industria pesquera, es la segunda prefectura de Japón
más extensa y con menor densidad demográfica tras la isla de Hokkaido, y desde
marzo de 2011 la población de su zona costera ha caído en un 7.5 %.
En Bruselas también protestan
Unas
500 personas, apoyadas por organizaciones medioambientales y partidos
ecologistas, protestaron hoy en Bruselas contra la energía nuclear. La marcha
había sido convocada al cumplirse el próximo martes el tercer aniversario del
terremoto y el tsunami que causaron graves daños en la central japonesa de
Fukushima y desataron el accidente nuclear más importante desde Chernobil, en
1986.
Sin
embargo, la manifestación de Bruselas se aprovechó para enviar un mensaje a las
autoridades belgas y exigir el cierre de los reactores nucleares Tihange 1
y 2 y de Doel 3, señaló la Agencia Belga. La primera central ha
cumplido su vida útil y está a la espera de que las autoridades decidan si la
prolongan, mientras en las otras dos se detectaron pequeñas fisuras el año
pasado. Doel 1 y 2 serán cerrados el próximo año, gracias a las
reivindicaciones del movimiento antinuclear, aseguran sus integrantes.
La
manifestación transcurrió hoy por las calles de Bruselas en paralelo a las
protestas antinucleares que tuvieron lugar en otras ciudades del mundo.
El
incidente nuclear en Fukushima provocó la evacuación de unas 300.000 personas y
grandes pérdidas en la agricultura y la pesca de la región, mientras que el
terremoto y el tsunami dejaron más de 18.500 muertos en todo el país.
En Francia también exigen
cierre de una central
Varios miles de
militantes antinucleares franceses, alemanes y suizos manifestaron el domingo
en ocho puentes del río Rin para exigir el cierre de la central nuclear
francesa de Fessenheim (este), la más antigua de Francia. La manifestación coincidía
con el tercer aniversario de la catástrofe nuclear de Fukushima en Japón.
Los manifestantes, unos
3.500, según fuentes policiales, se concentraron en ocho puentes del Rin, desde
Estrasburgo (Francia) hasta la frontera suiza, pasando por Fessenheim.
En el puente de Europa, en Estrasburgo, los manifestantes formaron una cadena humana que unió las dos orillas y lanzaron globos. Luego se hizo un minuto de silencio en memoria de las víctimas de Fukushima. "La gente cree que Fukushima quedó atrás, cuando en realidad recién empieza. La mayor cantidad de víctimas está por venir. Vemos que comienzan a aparecer las primeras leucemias infantiles" en Japón, declaró André Hatz, portavoz de la asociación Stop Fessenheim.
En el puente de Europa, en Estrasburgo, los manifestantes formaron una cadena humana que unió las dos orillas y lanzaron globos. Luego se hizo un minuto de silencio en memoria de las víctimas de Fukushima. "La gente cree que Fukushima quedó atrás, cuando en realidad recién empieza. La mayor cantidad de víctimas está por venir. Vemos que comienzan a aparecer las primeras leucemias infantiles" en Japón, declaró André Hatz, portavoz de la asociación Stop Fessenheim.
Una parte de los
manifestantes se dirigió luego hacia la central nuclear de Fessenheim, para
exigir su cierre inmediato. Fessenheim es la única central nuclear, de las 19
que tiene Francia, cuyo cierre fue anunciado por el presidente francés François
Hollande para fines de 2016.
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