viernes, 5 de julio de 2013

Ministerio Público contribuye a enrarecer caso de funcionario muerto por ataque de perros en Tepoztlán


CUERNAVACA |  4 DE JULIO DE 2013
"Donde está la persona que asegura haber visto como Mauricio, dueño de los perros salvajes, arrastró el cadáver de Gerardo Cortés Medina para tirarlo metros abajo del tanque de agua, tras ataque de su jauría, que levante la mano..." Así llegó preguntando Gumercindo Sánchez Lagunas, agente del Ministerio Público, a las personas que un día antes se habían manifestado en la Procuraduría de Justicia en el Estado de Morelos (PGJEM), exigiendo resultados de peritaje en dicho caso. Nadie le respondió, y él, aprovechando la presencia de los medios, respondió: "Ya ven, hay muchas suposiciones al respecto".
Para familiares, amigos y vecinos del hoy occiso, que fuera encargado de la Unidad de Información Pública, el caso se ha enrarecido desde el punto de vista que, ciertamente, dijeron, hay muchas versiones. Desde el ataque de los perros, de posibles adversarios políticos, hasta lo pasional, lo cierto es que el cuerpo del hoy finado presentaba mordeduras en distintas partes del cuerpo, así como haber sido devorado en algunas partes al tiempo transcurrido, pero de lo que nadie quita el dedo del renglón es que, tras el ataque, fue cargado, no arrastrado al sitio donde se encontró.
Don Joaquín Cortés, padre del difunto, relató paso a paso lo vivido, en tanto transcurría el tiempo y no lo encontraban hasta que lo localizaron. Una vez más, que salió de su domicilio en short, playera y tenis para ir a correr, en su horario de costumbre, las siete de la noche, que aún no obscurece. Caída la noche, pensaron que después de correr se había ido con sus amigos, empero amaneció y verificaron que las puertas estaban sin seguro; es decir, no llegó. 
Al día siguiente lo buscaron por todo el cerro y nada, aunque, se atrevió a decir don Joaquín, "a los lejos escuchamos su voz que nos respondía". Para ello le hicieron llamadas a su teléfono celular y no contestaba, hasta que caída la tarde uno de sus amigos dijo aquí está. Cabe señalar que, en este punto, la comuna cita que hubo una llamada anónima que señalaba que abajo del tanque de agua había un cadáver.
Don Joaquín, gentil a la entrevista, no oculta su tristeza, pero por igual coraje y dolor por la pérdida de su hijo Gerardo. Coincide en señalar, al igual que mucha gente, que su hijo sí fue atacado por los perros, empero el cadáver, o quizá el cuerpo aun con vida, fue llevado metros debajo de donde ocurrieron los hechos. Porque si hubiera sido derribado por los perros, el cuerpo ahí hubiera quedado, ya que antes del sitio donde se encontró existen tramos que hacen imposible se hubiera rodado el cuerpo.
Cualquiera que sea el caso la investigación, habrá de seguir, aunque aquí otras personas más señalan que la familia hubiera no permitido, sino exigido la necropsia, ya que así no cesarán las hipótesis e incluso comentarios de mal gusto, que es lo que por igual tiene molesta a la familia del difunto, como el primo del occiso, que se violentó con la Prensa y corrió del lugar. Con esto último, menos se puede ayudar a una familia y un pueblo que clama justicia...

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