MADRID • 12 DE MAYO DE 2006
Dicen que sólo se sabe lo que se sabe decir. Pues
bien: los delfines dicen sus nombres y los de sus familiares. Una vez más,
queda demostrado que estos mamíferos acuáticos albergan rasgos propios de la
inteligencia. Tres años de análisis del equipo de Vincent M. Janik -de la
Universidad de Saint Andrews (Escocia)- han confirmado que, desde la infancia,
estos mamíferos empiezan a desarrollar un aprendizaje vocal que mantendrán el
resto de su vida.
La investigación se realizó en aguas de Florida, con
delfines «bottlenouse» («nariz de botella»). Los científicos grabaron los
sonidos de los delfines. A continuación, mediante un sintetizador, despojaron
esos silbidos de sus características individuales de voz, manteniendo la forma
de modulación de la frecuencia. Hecho esto, reprodujeron con altavoces
submarinos los sonidos alterados a un grupo de catorce delfines. Algunos
de los sonidos grabados eran de familiares de los delfines que fueron expuestos
al ruido. Nueve de los catorce mamíferos que los escucharon se dieron la vuelta
hacia los altavoces con más frecuencia que cuando se estaban emitiendo los
«mensajes» de delfines que no eran de su familia. Esto demuestra que la especie
descodifica el contenido del mensaje, no sólo el tono.
Los
únicos además del ser humano
La mayoría de los animales codifica alguna
información de identidad en sus sonidos, que puede dar detalles de la especie,
la población, el grupo o la línea familiar. Muchas especies se comunican con el
objeto de transmitir señales de socorro o para mantener el contacto con su
grupo en situaciones de amenaza. Los pingüinos, por ejemplo, utilizan este
sistema para mantener su grupo cohesionado, pero todos los individuos de la especie
usan el mismo tipo de llamada. Laela Sayigh, de la Universidad de North
Carolina (EE.UU.), ya había conducido un estudio que probó que los delfines
podían reconocer a miembros de su misma especie, pero esa discriminación podía
basarse simplemente en características de sus sonidos. Tras el análisis de
Janik se ha puesto de manifiesto que, además, estos mamíferos acuáticos pueden
transmitir información individual de identidad.
Este desarrollo de tipos distintivos de llamadas
requiere un aprendizaje. Copian los silbidos unos de otros. Así, a los
«bottlenose» se les puede enseñar a usar señales artificiales para referirse a
los objetos. El director de la investigación ha asegurado, ante tal hallazgo,
que los delfines «han sido capaces de desarrollar habilidades similares a las
que tienen los seres humanos». «Son los únicos animales -asegura su estudio-,
además de los humanos, de los cuales se ha demostrado que pueden transmitir
información identificatoria con independencia de la voz de quien la emite».
Las peculiaridades de estos animales han sido
aprovechadas en múltiples ocasiones por el ser humano. En 1988, al psicólogo
David Nathanson empezó a darse baños con estos cetáceos para tratar su
depresión. A raíz de esta experiencia, se ha desarrollado la «delfinoterapia»,
que consiste en utilizar delfines en programas terapéuticos para personas con
deficiencias. Conforme pasa el tiempo, estos mamíferos siguen maravillando al
ser humano. Ahora se ha demostrado que tienen su propio lenguaje
identificatorio. ¿Con qué nos sorprenderán mañana?
Fuente:
ABC
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