TOKYO | 12 ABRIL DE 2014
La Compañía Eléctrica de
Tokio (TEPCO) ha informado este viernes de que la fuga de agua radiactiva el
pasado mes de agosto en uno de los tanques de la planta nuclear de Daiichi, en
Fukushima, tiene un nivel de contaminación más alto del que anunció en un
principio.
TEPCO ha precisado que
después de recalcular el nivel de radiación, la fuga de agua contiene 280
millones de bequerelios por litro, que emiten de sustancias radiactivas que
emiten rayos beta, incluido el estroncio, en vez de los 80 millones de
bequerelios iniciales. Se estima que la fuga de agua alcanzó las 300 toneladas,
que tendría tres veces más de radiactividad que lo estimado, de la que
parte habría llegado al Oceano Pacífico según ha informado la agencia de
noticias japonesa Kyodo. La Autoridad de Regulación Nuclear ha situado la
gravedad de este incidente en el nivel tres, dentro de la escala internacional
de ocho puntos.
Gobierno insiste en reactivar centrales
El Gobierno de Japón
aprobó en su reunión de hoy el Plan Básico de Energía que prevé relanzar todos
los reactores nucleares que fueron parados tras el accidente de Fukushima. El
equipo de Shinzo Abe renuncia así al objetivo del Gabinete anterior que propuso
cerrar todas las plantas nucleares para 2030.
Los 50 reactores
nucleares que producían un 30% de la energía en Japón antes del accidente de
marzo de 2011 en la planta de Fukushima 1, están inactivos hoy en día. Conforme
al nuevo plan, los reactores inoperativos se pondrán en marcha nuevamente
después de que el Comité para el Control de Energía Nuclear compruebe su
seguridad y dé el visto bueno para el relanzamiento. Paralelamente, el Gobierno
apuesta por el desarrollo de las energías renovables que pasarán a representar
en la balanza energética de Japón un 13,5% hacia 2020, y un 20% para 2030.
Las autoridades japonesas
decidieron preservar entre otros el reactor de neutrones rápidos Monju
que fue parado en dos ocasiones: en 1995, poco después del lanzamiento, por un
fallo en el sistema de refrigeración, y en 2010, fecha en que volvió a operar
tras un receso de 14 años, esta vez porque una pieza de tres toneladas cayó en
el reactor. Hacia otoño de 2011, el reactor de Monju iba a alcanzar el
40% de la capacidad proyectada, pero el Gobierno revisó los planes a raíz de la
catástrofe de Fukushima. Aparte de que el mantenimiento del reactor le cuesta a
Japón 20.000 millones de yenes (unos 198 millones de dólares), su utilidad
científica es cuestionada.
Fuentes: Europa
Press
Agencia RIA Novosti
Agencia RIA Novosti
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