CHILE | 24 DE FEBRERO DE 2013
Charles Darwin escribió una vez
que "los sonidos emitidos por las aves ofrecen, en varios aspectos, la
analogía más cercana al lenguaje". Ahora, un nuevo estudio realizado por
investigadores del MIT y estudiantes de la Universidad de Tokio, indican que
Darwin estaba en lo cierto, pues sugieren que el lenguaje humano es un injerto
de dos formas de comunicación que se encuentran en el resto del reino animal:
las canciones elaboradas por las aves y las expresiones utilitarias usadas por
una gran variedad de animales.
"Fue una combinación accidental lo que
provocó el lenguaje humano", dice Shigeru Miyagawa, profesor de
lingüística del MIT en la facultad de Lingüística y Filosofía y co-autor del
estudio. Basados en un análisis de la
comunicación animal y un estudio anterior de Miyagawa, donde detalló que el
lenguaje tiene dos capas: una de expresión (organización de frases) y otra de
léxico (contenido central de las oraciones), los autores aseguraron que el
canto de las aves se parece mucho a la capa de expresión, mientras que los
mensajes cortos y audibles –pero esenciales para decir algo– de los primates,
son más parecidos a la capa de léxico. En consecuencia, se desprende que en
algún momento, estos dos tipos de lenguaje se fusionaron.
"Había dos sistemas preexistentes",
señala Miyagawa, "como manzanas y naranjas que acabaron pasando a ser un
conjunto". A esto, el co-autor del estudio y profesor de lingüística
computacional en el Laboratorio del MIT, Robert Berwik, agregó que la mezcla es
muy común en la evolución. "Cuando evoluciona algo nuevo, a menudo se
construye a partir de piezas viejas", afirma. Así, en los humanos se puede
apreciar la existencia de una comunicación esencial –como en los primates–
además de una expresión melódica –como en las aves– donde podemos combinar y
recombinar distintas palabras de forma infinita, tal como hacen las aves con
las distintas melodías y sonidos. El estudio, llamado "The Emergence of Hierarchical Structure in Human Language",
fue publicado en la revista Frontiers in Psychology.
Fuente: La
Tercera
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