Por:
Javier Pérez de Albéniz
ESPAÑA | 14 DE FEBRERO DE 2013
“Los animales no tendrían derechos, a la par que tampoco tendrían
obligaciones.
Y ya que al carecer del libre albedrío y capacidad de decisión
no podríamos considerarlos sujetos éticos capaces de discernir entre el bien y el mal.
Por lo tanto, señorías, el tema de la libertad nos separa de los animales…
el maltrato a los animales no es un atentado ético,
no viola ninguna obligación moral para con ellos…
Lo cierto es que ni los toros ni el resto de los animales
tienen dos de los que son nuestros derechos fundamentales,
uno el derecho a la libertad y otro el derecho a la vida”.
Toni Cantó
Diputado de UPyD, sobre los toros
Y ya que al carecer del libre albedrío y capacidad de decisión
no podríamos considerarlos sujetos éticos capaces de discernir entre el bien y el mal.
Por lo tanto, señorías, el tema de la libertad nos separa de los animales…
el maltrato a los animales no es un atentado ético,
no viola ninguna obligación moral para con ellos…
Lo cierto es que ni los toros ni el resto de los animales
tienen dos de los que son nuestros derechos fundamentales,
uno el derecho a la libertad y otro el derecho a la vida”.
Toni Cantó
Diputado de UPyD, sobre los toros
En El Mundo del pasado martes se podía leer la
noticia del suicido de dos ancianos a punto de ser desahuciados. Le dedicaban
media página. En el mismo diario dedicaban toda una página a la siguiente
información: “Los toros más cerca de volver a Cataluña”. Donde esté una buena
corrida, pensará Pedro J… Y como Pedro J, decenas de diputados de bien, que
votaron en el Congreso admitir a trámite la propuesta de declarar la fiesta de
los toros bien de interés cultural. Quieren blindar la tauromaquia en toda
España, pese a la negativa de catalanes y vascos, por el sencillo método de que
el Estado central recupere las competencias en materia taurina.
¿Cuál es el
motivo para tamaño despliegue político?
Muy sencillo: como las corridas de
toros agonizan, por falta de asistentes, pretenden financiarlas con dinero
público.
Quizá piensan que un herbívoro torturado hasta la
muerte ante cientos de espectadores engrandecerá la famosa Marca España. Una
posibilidad que no debería sorprendernos. No en un país con un ministro de
cultura como José Ignacio Wert. No en una democracia en la que la mayoría de
los diputados considera el maltrato de animales una manifestación artística. El
Museo del Prado, la Biblioteca Nacional y Las Ventas. Un símbolo de
españolidad, no lo olvide, donde invertir las perras que recortamos en
educación, sanidad o ciencia. Tiene sentido, ¿verdad?
El Partido Popular, con el apoyo de Unión de Pueblo
Navarro y UPyD, y la abstención cómplice de PSOE, quieren invertir el dinero de
todos los españoles en la promoción y desarrollo de un espectáculo que agoniza.
Por bárbaro, sórdido y decadente. Y que acusa una evidente falta de interés
popular: en los últimos tres años se ha suprimido el 34% de los espectáculos
taurinos.
Por eso resulta especialmente repugnante la tibieza de un PSOE que
ejerce una oposición lamentable. “La vida es paradójica”, dijo en el Congreso
el representante socialista que cerraba el debate sobre la fiesta de los toros.
“La seña de identidad de este pueblo es la inteligencia para llevar a cabo sus
propias contradicciones”, sentenció. ¿Perdón? ¿Estamos hablando de financiar
con dinero público la tortura de animales y el representante del PSOE habla de
paradojas y contradicciones morales?
El principal partido de la oposición no está a la
altura en el tema taurino, como no lo está en la mayoría de cuestiones
conflictivas. Viendo cómo hacen oposición, algún mal pensado podría creer que
están a favor de la tortura a los animales. O que su financiación como partido
no es limpia. O vete tú a saber qué otras miserias, comunes al parecer a todás
las grandes formaciones políticas de nuestro país.
Fuente:
Cuarto
Poder
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