martes, 7 de abril de 2015

Estudio demuestra que pesticidas y herbicidas trastornan la conducta de las abejas




ARGENTINA | 5 DE SEPTIEMBRE DE 2013
El uso extendido de pesticidas y herbicidas ha demostrado que afecta a diversos organismos que no son los destinatarios originales de esos productos. Por ejemplo, las abejas melíferas, quienes quedan en un “estado de confusión” cuando realizan su cotidiana recolección de polen y néctar, y no pueden evitar la visita a aquellas flores que fueron alcanzadas por las fumigaciones.
Un equipo de investigadores de Exactas (UBA) determinó cambios en la conducta de estos insectos sociales como dificultades para reconocer olores y memorizar la relación entre un olor y un néctar determinado.  "Aplicamos la dosis de herbicida que las mismas empresas y servicios agrícolas recomiendan usar, y trabajamos con abejas criadas en laboratorio y abejas de colmenas", comenta Walter Farina, investigador del CONICET y profesor en el Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental de Exactas (UBA).
"Quisimos conocer qué efectos podía tener el herbicida en variables de las conductas relacionadas con la obtención de recursos. Encontramos efectos sutiles en la sensibilidad gustativa de abejas expuestas a dosis mínimas de glifosato y en la forma en que establecían una asociación entre un olor y una recompensa", explica Farina, cuyo trabajo fue publicado en Journal of Experimental Biology, junto con Lucila Herbert (primera autora), el estudiante Diego Vázquez y Andrés Arenas. Hasta el momento, no había estudios que evaluaran el efecto de herbicidas en un organismo 'no blanco' como la abeja, y en dosis subletales, es decir, cantidades que no llegan a provocar la muerte. "Nosotros no trabajamos con el formulado comercial, que tiene aditivos, sino con el principio activo, que es el glifosato", detalla Farina.
Afectación del sistema nervioso
Los investigadores realizaron diferentes experimentos: criaron abejas en laboratorio y también capturaron individuos en el apiario experimental. Luego, las entrenaron para buscar un alimento que presentaba trazas de glifosato, y las sometieron a ensayos de aprendizaje y memoria, o de sensibilidad gustativa. Por último, cuantificaron lo que ingería cada individuo, su actividad locomotora y la mortalidad.
"El déficit encontrado no puede explicarse por un deterioro en el estado general o en problemas de locomoción, que no muestran diferencias con el grupo control", comenta Farina. De hecho, las abejas continuaron con sus tareas de recolección y no presentaron dificultades tampoco en la danza. Según los investigadores, los resultados sugieren que la exposición al glifosato afecta el sistema nervioso de las abejas, al actuar en la percepción olfativa y gustativa, así como en la asociación entre un estímulo y una recompensa. "Esos individuos necesitaron más eventos de aprendizaje para establecer una memoria", subraya el especialista.
El investigador Walter Farina
Ahora surgen numerosos interrogantes: ¿La combinación de un pesticida con el glifosato puede tener un efecto sinérgico? Por otra parte, la posibilidad de acumular reservas contaminadas podría ser una bomba de tiempo. En efecto, a largo plazo podría poner en riesgo la supervivencia de la colmena, porque, al afectar la percepción sensorial y la memoria, podría causar problemas en la coordinación entre los diferentes individuos de esa sociedad. "Puede haber consecuencias que ahora no es posible determinar".
El equipo está encarando nuevos estudios para determinar cómo se orientan las abejas en el campo si han ingerido glifosato. "Es un proyecto que estamos haciendo en cooperación con Alemania, que requiere trabajar con una tecnología muy avanzada, por ejemplo, radares armónicos y sensores que se le agregan a la abeja", concluye Farina.
Fuente: InfoBAE

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