domingo, 15 de marzo de 2015

El calentamiento global no se ha detenido, se esconde en fondos oceánicos: científicos


MADRID | 21 DE AGOSTO DE 2014
1998 fue el año más caluroso de la historia. Culminaba entonces una subida media de un grado desde alrededor de 1850, cuando el ser humano comenzó a emitir masivamente gases de efecto invernadero con la Revolución Industrial. Pero, en los últimos 15 años, el aumento de la temperatura atmosférica se ha ralentizado. En lugar de continuar subiendo a buen ritmo, la gráfica de la temperatura del planeta parece aplanarse.
Los científicos llevan una década en busca de este calor desaparecido, que debería estar en alguna parte, porque las emisiones de CO2 a la atmósfera no han dejado de batir récords año tras año. Y si hay más CO2, la temperatura atmosférica debería dispararse. Pero el hecho es que se mantiene relativamente estable desde 1998. La comunidad científica ha intentado explicar este fenómeno con más de una docena de teorías diferentes, como los cambios en la actividad del Sol, el aumento de la contaminación procedente de China e incluso las erupciones volcánicas.
Mientras, los negacionistas han esgrimido esta supuesta “pausa” en el calentamiento global del planeta para negar su relación con la actividad humana. Como ejemplo, una célebre columna publicada en el diario británico The Telegraph por un geólogo escéptico: “Hay un problema con el calentamiento global… que se detuvo en 1998”.
Pero ahora, una nueva investigación, realizada por expertos de la Universidad de Washington (en Estados Unidos) y que se acaba de publicar en la revista 'Science', muestra que ésta ausencia de calor se puede estar sumiendo en las profundidades del norte y el sur del Océano Atlántico y sería parte de un ciclo natural.
El profesor Ka-Kit Tung
Una corriente de agua salada lleva el calor a las profundidades
“El calentamiento global NO se ha detenido y podemos ver que toda la columna del océano se está calentando de manera ininterrumpida”, explica Ka-Kit Tung, profesor de la Universidad de Washington. Según sus datos, el calor que debería estar en la atmósfera pulverizando los récords de temperatura ha viajado de manera masiva desde las aguas superficiales hasta las profundidades de los océanos Atlántico y Antártico. Detrás de este fenómeno se encontraría la llamada “cinta transportadora oceánica”, una corriente que lleva agua salada desde los trópicos hasta el Atlántico Norte, donde se hunde junto al calor que almacena.
La corriente cíclica del Atlántico
Imagen tomada del sitio Tech Times
Esta circulación se habría acelerado en los últimos años hasta comenzar a ralentizarse de nuevo en 2006. “Cuando cambie el ciclo oceánico, habrá otro periodo de rápido calentamiento global, como el que tuvimos en las últimas tres décadas del siglo XX”, vaticina Ka-Kit Tung. "El hallazgo es una sorpresa, ya que las teorías actuales han señalado al Océano Pacífico como el culpable de ocultar el calor -resalta Tung-. Pero los datos son bastante convincentes y demuestran lo contrario".
Relación entre salinidad y calor sumergido
Tung y el coautor Xianyao Chen, de la Universidad del Océano de China, utilizaron observaciones recientes de temperaturas de aguas profundas de boyas Argo, que muestran el estado del agua a 2.000 metros de profundidad. Estos datos presentan un aumento de la disipación del calor hacia el año 1999, cuando se detuvo el rápido calentamiento del siglo XX. En su estudio, ambos investigadores exponen que durante el “hiato”, como llaman los expertos al fenómeno para evitar la confusa palabra “pausa”, el Atlántico ha almacenado más energía que el resto de océanos juntos. Este calor se encuentra a profundidades a partir de los 300 metros.
Corte que muestra el calor
descendiendo al fondo de las aguas.
Imagen tomade del sitio sciencemag.org
"Hay ciclos recurrentes que son impulsados por la salinidad que pueden almacenar calor en la profundidad del Atlántico y los océanos del Sur -argumenta Tung-. Después de 30 años de rápido calentamiento, ahora es el momento de la fase de enfriamiento". Estos expertos detectaron que la mitad del rápido calentamiento en las últimas tres décadas del siglo XX se debía al calentamiento global y la otra mitad al ciclo natural del Océano Atlántico que mantiene más calor cerca de la superficie. Cuando las observaciones mostraron una alteración en el ciclo oceánico, alrededor del año 2000, la corriente comenzó a hundir el calor más profundamente en el océano, para contrarrestar el calentamiento inducido por el hombre. El ciclo se inicia cuando el agua más salada y más densa en la parte norte de la superficie del Atlántico, cerca de Islandia, hace que el agua se hunda, cambiando la enorme velocidad de la corriente en el Océano Atlántico que hace circular el calor por todo el planeta.
"Cuando llega el agua pesada a la parte superior de agua ligera, se sumerge muy rápidamente llevándose calor", resume Tung. Observaciones recientes en la superficie del Atlántico Norte muestran salinidad récord, según Tung, mientras que, al mismo tiempo, el agua más profunda en el Atlántico Norte exhibe un aumento de las cantidades de calor.

Fases de enfríamiento y calentamiento marítimo que duran décadas
Los autores desenterraron datos históricos para demostrar que el enfriamiento en las tres décadas entre 1945 a 1975, que hicieron a la gente preocuparse por un posible comienzo de una edad de hielo, fue durante una fase de enfriamiento. Las oscilaciones de temperatura tienen un interruptor natural, de forma que durante el periodo de calentamiento, las rápidas corrientes provocan que agua más tropical se desplace hacia el Atlántico Norte, calentando la superficie y las aguas profundas. En la superficie, este calentamiento derrite el hielo, lo que, a la larga hace que el agua superior sea menos densa y, después de algunas décadas, pone freno a la circulación, lo que desencadena una fase de enfriamiento de 30 años. Esta explicación implica que la actual desaceleración en el calentamiento global podría durar otra década, o más, y luego volverá un rápido calentamiento.
Otro científico tiene una teoría diferente
No todos los expertos comparten las conclusiones de Tung y Chen. El climatólogo neozelandés Kevin Trenberth, del Centro Nacional de Investigación Atmosférica, en Boulder (EEUU), publicó hace cuatro días un estudio que señala al Pacífico como el verdadero ladrón del calor atmosférico. En su opinión, el trabajo que hoy se publica en la revista Science es “bastante deficiente” y con datos “no tan nuevos como ellos dicen”.
El estudio de Trenberth, publicado en la revista especializada Nature Climate Change, sostiene que los ciclos naturales del océano Pacífico explicarían más de la mitad del calor desaparecido desde 1998. Según sus conclusiones, el fenómeno conocido como Oscilación Decenal del Pacífico, que cambia cada 20 o 30 años, está provocando un afloramiento de agua fría en este océano, desencadenando un descenso de las temperaturas.
Para Ka-Kit Tung, “el doctor Trenberth ha mantenido durante mucho tiempo su punto de vista Pacífico-céntrico, pero no ha ofrecido ninguna prueba, más allá de simulaciones informáticas que dicen que el calor se almacena principalmente en el Pacífico”. Según Tung, además, estos modelos son “deficientes”.
Más allá de la pelea entre laboratorios, los últimos estudios dejan claro que el cambio climático no se ha detenido en absoluto, sino que, más bien, se ha escondido. Tanto Tung como Trenberth coinciden en la misma frase: “El calentamiento global continúa”.
Fuentes: esmateria

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