ATLIXCO | 25 JULIO DE 2014
A pesar del buen trabajo
que desempeñaba como funcionaria pública, el presidente municipal José Luis
Galeazzi confirmó el despido de la psicóloga del Sistema Municipal DIF,
Mónica Vanegas, luego de que en las redes sociales fuera exhibida maltratando
a su perro, que traía amarrado y arrastrando con su automóvil.
Durante una entrevista,
el edil dijo que aunque efectivamente la ex trabajadora hacía una labor
aceptable en la dependencia referida, la responsabilidad aplicada a los
funcionarios públicos, y sobre todo la violación a la ley que marca el maltrato
a los animales, los llevó a tomar esa decisión.
“Estamos muy vigilados por
las redes sociales, y de esas cosas casi nadie puede escapar, y lo que ahí se
publicó es muy contundente. Sin duda atenta contra lo que nosotros como
gobierno estamos deseando promover con coherencia: el respeto a los animales.
Por eso, por ejemplo, aceptamos que no se usen a éstos en actos circenses”.
Galeazzi fijó la postura de que aunque no había argumentos laborales para
pedirle su renuncia, si atendieron a los argumentos éticos y de responsabilidad
como trabajador del gobierno para llegar a un mutuo acuerdo y pactar su salida.
Exhibida en redes sociales
Una denuncia en Facebook
sobre el maltrato de un animal desató no únicamente el repudio y enojo de miles
de usuarios de esa red social; también significó para la mujer involucrada su
despido como funcionaria pública. De forma anónima, uno de los miles de usuarios
de ese portal subió, vía Youtube, un video en donde se exhibió el trato que
Mónica Vanegas le daba a su perrito pequeño color negro.
Atado de su cuello, y con
las patas y algunas partes más de su cuerpo sangrando, el animal era jalado por
su automóvil en una de las muchas carreteras de esta ciudad. Antes de llegar a
su destino, un grupo de ciclistas la detectó y logró detenerla para exigirle la
libertad del animal y una explicación de su comportamiento.
La respuesta, según se
escuchó en el video, es que lo trasladaba a la perrera para sacrificarlo y que
por lo tanto no tenía caso respetar su vida si finalmente moriría.
Fuente: La Jornada de Oriente
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