Por: Cholyn Garza
MÉXICO | 26 DE AGOSTO DE 2013
¿Cuándo el ser humano alcanza la madurez?
Al
ver lo que está ocurriendo en el mundo, reinventamos la pregunta ¿realmente el
ser humano algún día alcanza la madurez?.
Esto viene en relación con
acontecimientos en los que bien pudiera ponerse en duda la estabilidad de
quienes son considerados seres "humanos"; desafortunadamente al
asumir actitudes que denigran y avergüenzan al género humano, nos invitan a
reflexionar sobre lo que está pasando en nuestro entorno, en nuestras
sociedades y por supuesto, en el mundo entero.
Uno de esos acontecimientos a
los que me refiero me ha impactado muy fuerte. La muerte de delfines provocada
por jóvenes insensibles al dolor de otros, aunque esos "otros"
pertenezcan al Reino Animal. Y sucede en países
considerados del "primer mundo"; algo que no acabo de entender, ¿en
cuántos mundos vivimos si todos habitamos un planeta? Se supone que son países
"civilizados", "adelantados" en cultura, con economía
estable, que deberían ser ejemplo y orgullo para ellos y para los demás países.
Sin embargo, no sucede así en muchos casos y éste, el de la matanza absurda y despiadada
de delfines calderones lo prueba.
Tal acontecimiento vergonzoso sucede año con
año en Dinamarca, en la isla Feroe, donde participan jóvenes. ¿Por qué lo
realizan? Para demostrar que ya son adultos, por lo tanto han alcanzado la
madurez. Insólito pero cierto. ¿Puede creerse que en un país avanzado existan
esas creencias? Con prácticas asesinas. Porque tal actitud demuestran no sólo
la crueldad de que el ser humano está hecho, sino el desprecio a la vida, la
poca importancia que se le da a los seres vivos.
Que son animales, dirán
algunos; sí, pero están vivos, sienten y no causan problemas ni daño alguno,
como es el caso de los delfines; personajes amistosos, hermosos y necesarios en
la terapia de personas con problemas psicomotores, en especial, amigos de los
niños.
Los delfines, los hemos
visto en parques, son seres inteligentes, que interactúan con el público
obedeciendo las órdenes de su entrenador. Los niños y ¿por qué no decirlo? los
adultos también disfrutan el espectáculo en una sana diversión. Sin embargo, lo
que sucede en Dinamarca puede considerarse ¿diversión? Desafortunadamente sí lo
es, en eso se ha convertido la matanza de tan noble animal: el delfín. Jóvenes
que consideran haber alcanzado la madurez sólo por el hecho de matar a un ser
indefenso. Esos jóvenes, en realidad muestran la crueldad extrema de la que
están hechos.
El delfín es torturado antes de morir; en su agonía, por el dolor
producido por afilados ganchos que penetran su piel, emite sonidos muy
similares a los de un bebé llorando. Quienes participan del espectáculo, ya sea
los jóvenes inmaduros convertidos en detractores de tan noble especie como los
espectadores, disfrutan de la matanza. ¿Puede alguien sentirse satisfecho de
actuar de semejante manera? Unos, por demostrar que han crecido, que son
adultos y otros, por apoyar cobardemente una actitud donde predomina la
barbarie. Actitud reprobable a todas luces de quienes irónicamente pertenecen
al género humano, convertidos por tradición o convicción en verdaderas bestias.
He observado repetidamente las fotografías que muestran el lado inhumano de
algunos jovenzuelos jugando a ser adultos, a ser hombres "maduros".
Me quedo asombrada de ver los rostros de esas personas que no reflejan dolor o
sentimiento alguno. Están cumpliendo con un ritual donde la compasión está
ausente.
¿Qué clase de sociedades
tenemos? Quizás las que hemos construido, cada vez más violenta, menos
compasiva, donde el respeto y por supuesto el amor se va alejando de los seres
humanos. Sociedades que todos, muchos al guardar silencio, al mirar para otro
lado para "evitar problemas", cuando éstos se generan precisamente
por la no participación de quienes pueden detener lo reprobable.
No creo que
haya alguien que se considere un verdadero ser humano que sea capaz de
disfrutar de espectáculos donde el ingrediente principal es asesinar, matar,
destruir. Hemos venido a este mundo a construir, a preservar lo que tan
generosamente se nos ha prestado. Prestado, sí; por lo tanto, nadie tiene
derecho a destruir lo que ya existe, menos aún a tomar la vida de otros seres
que cohabitan el planeta.
La crueldad excesiva está
presente en gran número de seres humanos. ¿Qué nos hace diferentes de las
bestias salvajes? Debería ser posible la capacidad de razonar; lamentablemente
pareciera que el razonamiento, la compasión y el amor se alejan cada vez más de
quienes deberían ser ejemplo para otras generaciones.
La violencia y la
crueldad a todo lo que da; jóvenes participando en actos denigrantes. Por una
parte la matanza de los delfines en un país considerado "adelantado"
y por otra, en Estados Unidos, la nación más poderosa de la tierra, jóvenes
--sólo por diversión-- asesinan a deportista.
¿Realmente se divierten? ¿Puede
alguien sentirse satisfecho por lo que está ocurriendo? ¿Cómo detener la violencia
en todas sus manifestaciones, convertida ya en verdadera amenaza? Y si es
vergonzoso que existan actos denigrantes y reprobables, más vergonzoso aún es
quedarnos callados. cholyngarza@yahoo.com
Fuente: El
Diario de Coahuila
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