domingo, 2 de junio de 2013

Monsanto renuncia a seguir promoviendo los cultivos transgénicos en Europa



ALEMANIA |  31 DE MAYO DE 2013
“No hemos conseguido avanzar por años. Es contraproducente luchar contra molinos de vientos”. Con esa explicación, Ursula Lüttmer-Ouazane, vocera de Monsanto Alemania, justificó la decisión del mayor productor de semillas transgénicas del mundo de renunciar a sus intentos de introducir plantas modificadas genéticamente al mercado europeo. “No vamos a hacer ningún trabajo de lobby más para el cultivo en Europa”, añadió el portavoz de Monsanto Europa, Brandon Mitcheneer, en entrevista con el periódico alemán Tageszeitung. “Tampoco planeamos solicitar permisos para nuevos cultivos”, agregó. 
Monsanto debió enfrentar en Europa una escasa demanda por parte de los agricultores. ”Hemos comprendido que por el momento no existe una gran aceptación”, confirmó Lüttmer-Ouazane. La compañía promete a sus compradores ventajas millonarias a través de un incremento de la productividad y un menor gasto para la protección de las plantas a través de técnicas genéticas y de semillas resistentes a determinadas enfermedades.
A favor y en contra
El Ministerio de Agricultura alemán optó por recordar su postura contraria a los productos transgénicos. “Las promesas milagrosas de la industria de modificación genética no se han cumplido ni para la agricultura en Europa ni para la agricultura en los países en desarrollo o emergentes", indicó una portavoz del ministerio. 
Desde hace años existe un gran movimiento de protesta contra las semillas modificadas genéticamente en Alemania. El Gobierno prohibió en 2009 el cultivo del maíz transgénico MON810 de Monsanto, así como de la papa Amflora, de BASF. Competidores del gigante estadounidense, como Bayer CropScience, la citada BASF y Syngenta, decidieron también abandonar sus negocios de plantas transgénicas en Alemania. Los defensores del medioambiente temen que se produzcan riesgos incalculables para el entorno si se ponen en circulación semillas modificadas genéticamente. Sin embargo, la diputada del partido Liberal (FDP) Christel Happach-Kasan cree que la decisión será una “pérdida para Alemania” en el ámbito de la ciencia, del mercado laboral y del valor añadido.

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