BERLÍN/BRUSELAS |
26 DE FEBRERO DE 2013
Cuando apenas había comenzado a amainar la tormenta
del escándalo de carne de caballo en las lasañas de ternera, entre otros
productos, los consumidores alemanes descubrieron que aproximadamente 200
granjas están bajo investigación en el estado federado de Baja Sajonia y otros
estados alemanes como Renania del Norte, Westfalia, Mecklenburgo Antepomerania,
así como en Holanda y Bélgica, por etiquetar como bio huevos que no cumplen las
condiciones.
La revista Der
Spigel afirma en su edición de esta semana que millones de huevos vendidos
en Alemania como ecológicos son en huevos comunes, pues no se respeta la Ley de
Bienestar Animal y se aglutina a las gallinas en menos espacio del permitido. La
legislación de la Unión Europea señala que sólo se puede poner etiqueta de
ecológicos a los huevos de las gallinas que cuenten, al menos, con cuatro
metros cuadrados de superficie para moverse. "De confirmarse las
acusaciones se tratará de un fraude en gran escala: una estafa a los consumidores,
pero también a las numerosas granjas biológicas en Alemania que sí cumplen los
requisitos", comentó Aigner.
Para declarar un huevo bio se debe cumplir una serie
de requisitos. Además del espacio por gallina, se debe alimentar a los animales
con pienso ecológico, no suministrarles antibióticos o ningún medicamento de
crecimiento, ninguna iluminación, ninguna técnica genética, ningún pesticida
artificial y ningún fertilizante artificial. Aigner reclamó que los controles
se endurezcan: "No ayuda que el Estado y la Unión Europa endurezca las
leyes si los organismos de control de los estados federados no vigilan que se
cumplan las leyes". Un huevo bio cuesta en promedio 10 céntimos más que
uno normal. En Alemania se venden más de 2 millones de huevos bio al día.
Fuente: Vanguardia
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